Un niño travieso ve pasar a una señora con la barriga hinchada, y al preguntarle qué le pasó esta le dice:
-Nada niño, que me picó una avispa.
Un rato después ve pasar a una joven monja con el vientre hinchado y redondo, y le dice:
-¿A usted también le picó una avispa?
-No hijo, a mí me picó el Obispo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario